1. La hamaca.
La hamaca, ese trasto del demonio que no quiero, no quise y ni querré. No me gustan, y no nos han hecho falta, aunque si se me permite la confesión, en casa de mis padres hay una y más de una vez pensé en traermela cuando Pichón ya no estaba cómodo en ninguna postura, por probar. Pero tras 8 meses ya os digo yo que se puede vivir sin ella perfectamente, que además luego es un trasto a guardar que no ocupa poco (ni son baratas).
La hamaca que hay en casa de los abuelos. |
2. El vigilabebés / escuchabebés.
Ni con ni sin cámaras. Directamente a la aventura. Vale, hubo momentos en los que nos limitó un poco, no porque el bebé llorase (que no lloraba) sino porque nos daba el mal cuando nos íbamos de la habitación, con el escucha o el vigila no nos íbamos a quedar mejor. Nuestro piso es enorme y nos hubiese venido bien en muchas ocasiones pero es un trasto caro para lo que es y basta con estar un poco pendiente y no tener música a todo volumen, si llora lo oiréis.
3. La Babycook o similares.
Esto para mi ya es el colmo del gasto inútil. Oye, para quien le haga ilusión cocinar al vapor para un bebé que la mitad ni se lo va a tomar, me parece bien, pero yo no me gasto ciento y pico euros en un aparato de cocina para como mucho... ¿6 meses? En cuanto el bebé puede comer de lo mismo que los padres la BBC queda relegada al armario. Como mucho la puedes malvender por 40 o 50€. Aquí en esta casa se compra un cuenco de cocer al vapor como se ha hecho de toda la vida en casa de nuestros mayores y poco más. De hecho, prácticamente no cocinamos al vapor porque Pichón ya tiene libertad para comer lo que quiera, como quiera. Y si practicas BLW todavía es más absurdo comprarse algo así. Pero que oye... a quien le guste....
4. Minicuna o moisés.
A nosotros nos dieron un moisés de mimbre con su estructura de caña. De estos bajitos que te dan por la altura del colchón. No lo usamos hasta que el enano tuvo casi 4 meses, sí, justo ese momento en el que ya cabía muy justito. Teniendo la cuna en la habitación y siendo que aquí el pitufo nació en pleno invierno prácticamente no nos movíamos de la habitación porque era más facil calentar una sola estancia que toda la casa, básicamente. Pero cuando empezó a venir buen tiempo lo pusimos en el salón para poder irnos allí los tres a ver series y películas, o simplemente a pasar la tarde apalancados.
En cualquier caso, para la duración que va a tener yo no la compraría si no me lo hubiesen dado, me parece un gasto tonto que puedes solventar con el capazo del carro, por ejemplo.
5. Cuna específica de colecho.
Ya sabéis que ahora inventan de todo y nos crean necesidades para todo. Aquí en esta santa casa se convirtió mi cuna en cuna de colecho, tan rápido y fácil como quitar la barandilla movible y unir las patas de la cuna a las patas de la cama de matrimonio con unas bridas. Fin.
Yo me niego a pagar 300€ en una mini-cuna de colecho que te dura como máximo unos 6 meses, por que luego se les queda ridículamente pequeña.
Tras ocho meses de maternidad, no he necesitado nada de esto en casa y me he ahorrado un pastizal. ¡Eso que gano!
¿Qué cosas no llegaste a utilizar pensando que te harían falta? ¿Qué puedo añadir?