Nunca es mal momento para hacer balance de lo que has vivido. En esta ocasión me apetecía hacerlo ahora, porque me siento muy completa.
El último año -en general- ha sido difícil. Sobre todo muy estresante lo que derivó en algún problema de salud físico de acumular ansiedad y estrés luchando mano a mano para ver quien podía terminar mejor conmigo. Lo bueno de que el tiempo pase, es que se cierran etapas y comienzan otras y aunque empecé 2016 colapsada ante tanta tarea pendiente -inamovible- debo decir que ahora lo miro hacía atrás con otros ojos.
Primero lo que me lastraba, que fue lo que más me trajo por el camino del delirio y que pude finiquitar en Julio. De forma más que satisfactoria, al menos.
Luego, lo que me busqué. Mi propio negocio. Negocio tengo, no justo lo que yo creía y por lo que llevaba un año planificando, citas con asesores, con el Banco, con el personal... una vuelta completa. La vida es muy caprichosa, y los contratiempos me llevaron a donde estoy ahora. Poco a poco.
Un alto en el camino, la alegría Suprema de ser tia. Revivir etapas, sacar las cosas de Pichón y ubicarlas en otra casa, para otro bebé. Ahora me voy a vengar y seré la tía c onsentidora, jajaja.
Obras. ¡Obras! Y una mudanza. Lo que yo creía dos meses... han sido 5 larguísimos meses.
Más celebraciones. ¡Una boda! La nuestra, tras diez años. Escasitos pero exquisitos. Una boda perfecta, intima y llena de detalles. Fue tremendo! Felicidad a flor de piel.
Y la guinda. Un deseo que latía hace tiempo, que pospuse por un lastre, por un negocio -y por salud-, por una vida y por obras&mudanza.
Seré mamá de nuevo en Junio.
No puede ser mejor.
Y yo que no sabía que seguías publicando! Ahora tengo trabajo acumulado.
ResponderEliminarEnhorabuena preciosa, me alegra voler a leerte. Tengo varias entradas por leer para ponerme al día!!
ResponderEliminar